(versión final 4° entrada)
Las familias católicas se estremecieron al escuchar que se promulgo una nueva ley. Esta ordena que a partir de los seis años de edad, se les obligara a hombres (viejos o débiles) y mujeres a realizar trabajos forzados (esclavitud); pero a los hombres (jóvenes y fuertes) de seis a 21 años de edad serán obligados a reclutarse en el ejército donde entrenaran y trabajaran para servir a su Nación, e inmediatamente serán enviados al campo de batalla.
Nosotros los jóvenes católicos no tenemos derecho a estudiar y se nos obligara a reclutarnos en el ejército. Estamos marcados con la frazada en nuestra frente con el símbolo de la cruz; lo cual quiere decir que nuestro destino esta sellado por el Gobierno y sus absurdas leyes. Nuestros padres serán esclavizados, y maltratados por personas despiadadas; mis padres aun no aceptan la idea de que deje de estudiar la Universidad, tampoco yo, pero no podemos hacer nada para detener esta atrocidad.
Ayer, después de tanta preocupación pude ver a mi novia aunque solo fue por un instante. Observé que se encontraba atemorizada, nerviosa, triste y muy agotada pero lo que importa es que aún se encuentra con vida; lo cual me hizo muy feliz por un instante, incluso lloré de felicidad al ver que mis seres queridos aún se encontraban con vida. Esta felicidad no duro mucho tiempo, puesto que al día siguiente seria separado de mis padres al igual que miles de niños y adolescentes en el país; mis padres comenzaron a llorar amargamente porque sabían que tal vez jamás volveríamos a su lado. Mi hermano Manuel de 17 años me abrazo y dijo-hermano no quiero formar parte del ejército y mucho menos quiero ser enviado al campo de batalla y morir en él, yo quiero estar junto a mis padres y mis hermanos, ¡hermano as que esto no suceda! Por favor- e inmediatamente comenzó a llorar, al verlos sufrir no pude contenerme y tambien empecé a llorar; no supe que decir, porque obviamente no podía hacer nada para que eso no llegase a suceder y solo del dije-no te preocupes hermano, papá y mamá al igual que nuestros pequeños hermanos estarán bien porque dios cuidara de ellos, además yo siempre estaré contigo y no dejare que nada malo te pase- mi hermano no dejo de llorar pero se tranquilizó un poco.
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